… mientras la luz me recuerda quien soy evito pronunciar su nombre… Pero en cuanto las tinieblas se apoderan del cielo donde la guardo, despliego lentamente las alas y devaneo por ese su reino que convirtió mi dicha en llanto …
Anso no sabía de dónde le venían aquellas palabras. Sentía la cabeza a punto de estallar y que un miedo desconocido hasta entonces para él le atenazaba sus siete estómagos… pero… ¿cómo decírselo a ella? parecía tan ilusionada por conseguir aquel sueño. Tampoco quería ceder y parecer un cobarde ante Trüsky, ese pequeño diablo, ¿cómo podía ser tan osado y llamarle a él “escupefuegos” ?
Por primera vez sentía que le estaba dirigiendo algo que no era el corazón. Una extraña advertencia, que no lograba descifrar, le llegaba desde su memoria ancestral… y ¿si después de todo aquel duende mentiroso contase la verdad?… ¿y si al ver al unicornio sintiese la necesidad de zampárselo?… Este pensamiento le hacía devorar todo a su paso con tal de saciar ese hambre imaginaria.
> Caerás malo, inquirió Ayrün sacándole de sus atormentados pensamientos, deberías dejar de comerte todas las moras que te encuentras por el camino, además no estaría mal que me ayudaras a llevar este cuerno, es demasiado pesado para mi… ¿acaso no quieres continuar?
Anso, esquivo y remolón, desviaba la mirada y se alejaba dos pasos más. A unos metros de la entrada a la negra cueva, no pudo más, se desplomó cuan grande era, por un pelo no aplastó a Ayrün que alarmada saltó a su lado…
> ¿Qué te ocurre? Anso, ¡abre los ojos!
Sólo un silencio vacío obtuvo por respuesta, ni siquiera la estrella roja que brillaba intensamente conseguía aliviar al dragón…
> Anso, musitó calidamente Ayrün, no tenemos porqué seguir, podemos volvernos, tan sólo es el sueño de un pequeño diablo… sólo un sueño más…
Anso entreabrió lentamente los ojos, como si le costase más que mover el mundo, la miró profundamente y respondió:
> No Ayrün, son dos, el del pequeño diablo y el nuestro… ya no podemos huir. Tendrás que entrar en la cueva sola, yo me reuniré más tarde contigo…
La intuición le decía a Ayrün que no había otra solución posible, el parecía estar muy lejos. Le abrazó fuertemente mientras sentía como un río de lágrimas recorría sus mejillas, no recordaba la última vez que estuvieron separados. Cogió el mágico cuerno, que brilló con fuerza y encaminó sus pasos sin mirar atrás, hacia la misteriosa cueva…
Anso cerró de nuevo los ojos y pareció caer en un profundo sueño… no dejaba de darle vueltas… «Si los dragones tenían los ojos verdes ¿por qué un dragón como él tendría los ojos azules y por qué aquel pequeño diablo buscaba un unicornio blanco de ojos verdes… si es sabido por todos que su color es el azul? «…
“Si los dragones tenían los ojos verdes ¿por qué un dragón como él tendría los ojos azules y por qué aquel pequeño diablo buscaba un unicornio blanco de ojos verdes… si es sabido por todos que su color es el azul? “…
… ¿y si las historias estuviesen equivocadas? ¿acaso no siempre nos quedamos con la versión del poderoso? a lo mejor se lo inventaron, lo deformaron todo, y fue la oscuridad la que nació de la luz para permitirnos ser libres, a lo mejor el cuerno del unicornio no mataba dragones… a lo mejor anso tiene los ojos azules de saber mirar el cielo, porque los dragones panzones no comen más que lágrimas, y en el principio de los tiempos (si es que existió un punto así en los tiempos), la magia se mezcló en la negrura y de ella nacieron los unicornios y los dragones…
….¿y cómo se van a separar a la entrada de la cueva? no hay aventura que merezca la pena vivir si no se comparte!!!
(más, más, más….)
… pero … yo la comparto contigo y supuestamente estamos separadas 😉 … la magia existe … no sabemos exactamente donde nació, pero apostaría que en la frontera de la luz y la oscuridad… en las fronteras, como comentaba hace poco con un mago amigo mio, es donde nacen los sueños… y más allá de éstas y según el interlocutor, la interpretación de la historia será diferente…