Los cuentos si que existen, se entremezclan con la cruenta realidad y nos salvan de callejones sin salida…con una simple tiza…
Aunque os mojeis, id a verla al cine : o)
Los cuentos si que existen, se entremezclan con la cruenta realidad y nos salvan de callejones sin salida…con una simple tiza…
Aunque os mojeis, id a verla al cine : o)
a mi tambien me ha encantado la peli esta genial y m gusto mucho sobre todo el fauno y todo el mundo q se imagina la niña. Una historia genial.
Por cierto soy raúl el chico q estuvo de practicas con vosotros este verano , me gsuta mucho tu blog sigue asi , estan mu chulos los dibujos.
Anda que sopresa! : o) …me alegra verte por aquí, un beso de parte de todos!!
No hay tal laberinto, hay una entrada transparente, antes y después del primer plano, sólo el agua para llegar a él es incierto camino, sólo allí puede haber pérdidas de camino, pero el fauno convirtiendo al árbol en laberinto no nos convence, es bonita la presentación del papel como marco de la idea, banaliza y suaviza la idea clásica del laberinto
las raíces no son caminos a descifrar, siempre llegan al tronco, esa no es la salida a un andar a ciegas, buscando, atisbando soles ocultos o amaneceres y horizontes escurridizos, es el poder, la fibra constituyente y constituida, el canal de circulación, la vía obligada, la mano que nos conduce, la mordaza frente al plano y ciego camino que está frente a la vida.
Es cierto que por muy profundas que se pierdan en el fondo de la tierra las raices, si las desandas te llevan siempre al tronco del que mana su fuerza… El agua misteriosa cuida al arbol y nos despista, pero es el Fauno el que crea al final el laberinto y no en el arbol sino en nuestro corazón, dejando una inquietante duda en el aire… si existe o no…
yo pienso en la pelicula como algo real que puede pasar en cualquier momento no durante una guerra sino sicologicamente, ante el terror cualquier niño se puede hacer un miundo asi mismo pero la intencion es morir por aquello que nosotros inventamos y hacemos realidad en el momento que morimos