…el calor que me aturdía, competía con el desesperante «bzzzzzz» del mardito moskito trompetero…supongo que fue en ese preciso instante, en el que en un descuído se puso al alcance de mi mortífera mano, cuando me dí cuenta que ya no le podía matarr… era sangre de mi sangre…
me levanté y dando tumbos me dirigí a la ducha … este verano empezaba a afectarme.
Upssss!!!!!
«sangre de mi sangre..»
Nunca lo había pensado de esa manera.. 😦
Joer! Ya no puedo defenderme ni de los mosquitos…
;))
🙂 jajaja …la familia nos chupa la saaaaangre 😉